¿Te han hablado de estimulación ovárica y no sabes exactamente qué implica? No te preocupes: aquí te explicamos en detalle, y con palabras claras, en qué consiste, por qué se hace, qué efectos tiene y cómo vivirlo con tranquilidad.
La estimulación ovárica es una fase clave en los tratamientos de reproducción asistida como la FIV o la ICSI. Consiste en administrar medicación hormonal durante unos días para que los ovarios produzcan más de un óvulo en un mismo ciclo.
De forma natural, el cuerpo suele madurar un solo óvulo por mes. En cambio, gracias a la estimulación, se pueden conseguir entre 5 y 15 óvulos maduros, lo que aumenta las posibilidades de éxito del tratamiento.
Este tratamiento hormonal se compone de 3 fases, cada una con sus propios medicamentos
La estimulación se adapta a cada paciente, pero el proceso general incluye:
Comienza en los primeros días del ciclo menstrual, tras una ecografía de control.
En el protocolo largo, comienza antes del inicio de la estimulación y se mantiene hasta el día de la punción.
En el protocolo corto, se inicia alrededor del día 8 o 9 del ciclo menstrual.
Esta fase garantiza que el equipo médico tenga un control total sobre el ciclo y pueda planificar con precisión el momento ideal para la fecundación.
Objetivo: hacer que los ovarios desarrollen múltiples folículos en lugar de uno solo.
Durante esta fase, se administran inyecciones subcutáneas diarias de hormonas llamadas gonadotropinas. Estas hormonas estimulan los ovarios para que maduren varios óvulos a la vez.
El objetivo es que los ovarios desarrollen varios folículos de tamaño y calidad adecuada.
Cuando los folículos han alcanzado el tamaño y número adecuados (normalmente 2 o 3 folículos de entre 16 y 22 mm) y los niveles de estradiol en sangre se sitúan entre 150 y 250 pg/ml por folículo, el equipo médico programa el siguiente paso: la inducción de la ovulación.
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HCG 5000 UI (gonadotropina coriónica humana clásica)
¿Cuándo se realiza la punción tras la inyección?
Entre 32 y 38 horas después, antes de que se produzca la ovulación espontánea. Este momento está milimétricamente calculado por el equipo médico para obtener los óvulos en el instante óptimo de maduración.
A veces, los pequeños detalles marcan la diferencia. Aquí tienes algunos consejos útiles para que vivas esta fase con más seguridad y tranquilidad:
Es muy recomendable tener un bolígrafo de medicación o dosis extra en casa.
¿Por qué? Porque si cometes un error en la manipulación o se pierde parte del contenido, no siempre es posible conseguir una nueva dosis en la farmacia de inmediato. Mejor prevenir.
La constancia es clave. Se aconseja hacer la inyección cada día a la misma hora, normalmente entre las 18h y las 21h, para mantener una concentración hormonal estable en el cuerpo.
Sigue siempre la pauta marcada por tu médico.
El día del «trigger» o inducción de la ovulación, se te indicará una hora muy precisa para administrarte la inyección (por ejemplo, a las 21:30h).
Es imprescindible respetar exactamente ese horario, ya que el momento de la punción ovárica se programa en función de esta inyección.
En general, los efectos son leves y bien tolerados. Los más comunes son:
Hinchazón abdominal.
Sensibilidad en los ovarios.
Cambios de humor.
Leve retención de líquidos.
En casos raros, puede aparecer un síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO), sobre todo en mujeres jóvenes con alta respuesta. Por eso el seguimiento médico es tan importante.
Organiza tus horarios para ponerte las inyecciones siempre a la misma hora.
Apóyate en tu pareja o entorno cercano.
Escucha tu cuerpo y date permiso para descansar.
Habla con tu equipo médico ante cualquier duda o malestar.
Recuerda: esta etapa es breve y muy valiosa. Es el impulso inicial que te acerca al embarazo.
La estimulación ovárica es un paso esencial, eficaz y seguro que permite obtener varios óvulos en un solo ciclo. Gracias a esta fase, se optimizan las probabilidades de éxito en la fecundación y la calidad de los embriones.