La fecundación in vitro con donación de óvulos (FIV-DO) es una técnica avanzada de reproducción asistida que permite a muchas mujeres cumplir su deseo de ser madres, incluso cuando sus propios óvulos ya no son viables. En este tratamiento, se utiliza un óvulo de donante que será fecundado con el esperma de la pareja o de un donante, y el embrión resultante se transfiere al útero de la paciente.
Este proceso, aunque pueda parecer complejo, se realiza en varias etapas muy bien estructuradas.
La FIV con donación de óvulos se recomienda en casos en los que la mujer no puede utilizar sus propios ovocitos, ya sea por razones médicas o personales. También es una opción para mujeres mayores de 40–43 años, edad a partir de la cual la calidad ovocitaria disminuye significativamente, reduciendo las probabilidades de éxito con óvulos propios. En estos casos, la ovodonación ofrece tasas de embarazo mucho más altas, y una alternativa real y segura para lograr la maternidad.
La ovodonación se indica principalmente en estos casos:
Menopausia precoz o insuficiencia ovárica
Fallos repetidos en tratamientos previos con óvulos propios
Tratamientos médicos que afectan a la fertilidad (como la quimioterapia)
Riesgo de transmisión de enfermedades genéticas graves
Baja respuesta a la estimulación ovárica
España es uno de los países más avanzados en medicina reproductiva. Esto se traduce en una serie de ventajas reales para las pacientes:
Anonimato de la donante: por ley, las donantes no pueden ser identificadas. Solo se seleccionan aquellas que tienen características físicas similares a la paciente (color de ojos, piel, estatura, grupo sanguíneo…).
Alta disponibilidad de donantes: esto permite reducir los tiempos de espera y agilizar el tratamiento.
Calidad médica y tecnológica: las clínicas españolas cuentan con protocolos exigentes, controles médicos rigurosos y tecnología de vanguardia.
Compensación a las donantes: esto facilita una mayor disponibilidad y compromiso por parte de las mujeres que donan, siempre dentro de un marco ético y regulado.
Trato humano y personalizado: muchas clínicas ofrecen acompañamiento emocional y seguimiento cercano en cada paso del tratamiento.
En esta visita se revisa el historial médico, se solicitan exámenes hormonales, serológicos y ecográficos, y se evalúa la reserva ovárica, aunque no sea determinante para este tipo de tratamiento. También se analiza la situación del esperma (ya sea de la pareja o de donante), incluyendo un espermograma y, si es necesario, pruebas adicionales como fragmentación del ADN espermático.
El médico explicará los diferentes pasos del tratamiento y resolverá todas las dudas. En esta etapa, es clave establecer una buena comunicación con la clínica.
La clínica se encarga de seleccionar la donante más adecuada, siempre cumpliendo estrictamente con la ley española (Ley 14/2006 y RD 9/2014). Esta selección se basa en:
Características físicas y fenotipo similares a la receptora.
Grupo sanguíneo y factor Rh compatibles.
Buena salud general y psicológica.
Edad entre 18 y 34 años (según legislación española).
Estudios genéticos (panel ampliado de portadores) para evitar la transmisión de enfermedades hereditarias.
Hoy en día, cada vez más clínicas incluyen además pruebas de matching genético para reducir riesgos.
Si se opta por óvulos en fresco, se sincroniza el ciclo menstrual de la donante con el de la receptora. La donante se somete a una estimulación ovárica y, una vez que los óvulos están maduros, se realiza la punción y extracción.
Si se opta por óvulos vitrificados, no es necesario sincronizar los ciclos. La receptora puede comenzar su preparación en cuanto la clínica disponga de los ovocitos seleccionados.
Según los últimos datos de la SEF (2023), el uso de óvulos vitrificados tiene resultados superiores en términos de tasas de embarazo y permite mayor flexibilidad.
La receptora debe preparar su útero para recibir al embrión. Esto se puede hacer de tres maneras:
Ciclo espontáneo: se monitoriza el ciclo natural si es regular y hormonalmente funcional.
Ciclo estimulado: se administra una dosis baja de medicación para inducir la ovulación.
Ciclo sustituido o artificial: se pauta un tratamiento con estrógenos y progesterona para preparar el endometrio artificialmente.
Esta fase dura entre 10 y 20 días, dependiendo del protocolo.
Los óvulos se fecundan en el laboratorio mediante FIV convencional o ICSI (microinyección espermática). En función de la calidad del semen y del caso clínico, se puede optar también por técnicas como IMSI o MACS.
Los embriones se cultivan durante 3 a 5 días. En 2025, la mayoría de clínicas optan por cultivo a blastocisto (día 5) para seleccionar los más viables.
La transferencia se realiza en consulta, sin anestesia. En función del protocolo y calidad embrionaria se transfiere un solo embrión (SET) para evitar embarazos múltiples. El resto de embriones de buena calidad se vitrifican para futuros intentos.
Actualmente, muchas clínicas aplican el test ERA (Receptividad Endometrial) en casos de fallo de implantación previo, para identificar el mejor día para la transferencia.
Tras la transferencia, se continúa con progesterona (en óvulos vaginales, gel o inyectable) para apoyar la fase lútea. A los 10–12 días se realiza una prueba de embarazo en sangre (beta-hCG).
A los 10-12 días de la transferencia, se realiza una prueba para confirmar el embarazo.
La ovodonación ofrece una de las tasas de éxito más altas dentro de los tratamientos de fertilidad. Dependiendo de la edad de la paciente y del estado del útero, los resultados pueden superar el 65-70 % por intento con embriones de buena calidad.
El precio de un ciclo de ovodonación varía entre 5.000 y 9.000 euros, en función de la clínica, los servicios incluidos y si hay necesidad de tratamiento adicional o embriones congelados.
Algunas clínicas ofrecen paquetes cerrados con garantía de resultados o ciclos acumulados, lo que puede facilitar la planificación económica.
Las donantes de óvulos en España deben cumplir condiciones muy estrictas:
Tener entre 18 y 34 años
Gozar de buena salud general y ginecológica
Superar análisis genéticos, hormonales, infecciosos y psicológicos
No superar el límite legal de nacimientos (6 niños por donante)
La ley española protege tanto a la donante como a la receptora, garantizando un proceso seguro y ético.
En fiv.es colaboramos con una red de clínicas seleccionadas en toda España, donde el trato humano, la transparencia y la experiencia médica son la base del trabajo.
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