Enfrentarse a un tratamiento de reproducción asistida —y especialmente a una ovodonación— puede remover emociones intensas: incertidumbre, ansiedad, miedo, culpa, esperanza… Por eso, más allá de la parte médica, el acompañamiento psicológico o emocional puede marcar una diferencia en tu experiencia.
Los estudios más recientes en psicología de la fertilidad (como los publicados por la SEF en 2024 o por la Sociedad Española de Fertilidad Psicológica) destacan que:
El 60–70 % de las pacientes experimentan síntomas de ansiedad o tristeza durante el proceso de FIV.
Contar con apoyo emocional mejora la adherencia al tratamiento y reduce el número de abandonos prematuros.
Las mujeres acompañadas emocionalmente reportan más bienestar y menor percepción de estrés.
Ambos pueden ayudarte, pero tienen enfoques y formaciones distintas:
Están formados en salud mental y colegiados.
Su enfoque se basa en la escucha activa, validación emocional y técnicas terapéuticas basadas en evidencia (como la terapia cognitivo-conductual, la aceptación y compromiso, etc.).
Ayudan a abordar emociones complejas: duelo genético, miedo al fracaso, relaciones de pareja, ansiedad, inseguridad sobre la donación, etc.
No siempre tienen formación clínica, aunque algunos sí tienen experiencia personal o formación complementaria en fertilidad.
Suelen centrarse en la motivación, el acompañamiento práctico, la visualización positiva y el empoderamiento.
Pueden ayudarte a organizar tus pasos, tomar decisiones o mantener el foco emocional durante el proceso.
Importante: la mayoría de los coaches de fertilidad tienen vínculos económicos con ciertas clínicas, lo que puede condicionar sus recomendaciones. Muchos de ellos trabajan con acuerdos comerciales —incluso sin que lo sepas— y podrían sugerirte una clínica no por ser la más adecuada para tu caso, sino por ser la que les paga una comisión más alta.
Por eso:
Consejo: si decides apoyarte en un coach, que su papel se limite a lo que mejor saben hacer: ayudarte a sostener emocionalmente el proceso, organizarte, y sentirte acompañada. La elección de la clínica debe ser tuya, personal e informada.
Reducir la ansiedad durante la espera (sobre todo en la betaespera).
Sentirte comprendida, sin tener que explicarlo todo desde cero.
Tener un espacio seguro para llorar, compartir o simplemente “respirar”.
Fortalecer tu vínculo de pareja, si decidís hacer sesiones conjuntas.
Recuperar el control emocional en momentos de incertidumbre.
El acompañamiento por un coach especializado en reproducción asistida o psicologo, no es obliigatorio pero sí es profundamente recomendable. Algunas clínicas en España incluyen una sesión gratuita con psicología en su paquete de ovodonación. También puedes buscar apoyo fuera de la clínica, de forma independiente.
Lo importante es que te sientas acompañada, escuchada y libre de juicios. La fertilidad no solo se trata con hormonas: también se cuida con palabras, abrazos, silencio y escucha.