¿Estás pensando en iniciar un tratamiento de reproducción asistida? Antes de comenzar, es fundamental conocer tu estado de salud reproductiva. Aquí te explicamos de forma clara y cercana qué exámenes se realizan, para qué sirven y qué puedes esperar.
Antes de iniciar cualquier tratamiento de fertilidad, es esencial comprender cómo funciona tu cuerpo. Estas pruebas permiten:
Detectar posibles causas de infertilidad.
Elegir el tratamiento más adecuado para ti.
Optimizar las probabilidades de embarazo.
Prevenir complicaciones o fracasos evitables.
Son el punto de partida de un proceso consciente, empoderado y totalmente personalizado.
Estos son los estudios más comunes que las clínicas suelen solicitar al inicio del proceso:
Se realiza entre los días 2 y 5 del ciclo menstrual.
Permite ver el útero y los ovarios.
Evalúa el número de folículos antrales (un indicador clave de la reserva ovárica).
También se realizan entre los días 2 y 5 del ciclo.
Hormonas analizadas habitualmente: FSH, LH, Estradiol, AMH, Prolactina y TSH.
Ayudan a valorar tu reserva ovárica y tu función hormonal general.
Sirve para verificar si las trompas de Falopio están abiertas.
Es fundamental si estás buscando un embarazo natural o mediante inseminación artificial.
Para descartar infecciones, displasias o alteraciones del cuello uterino antes del tratamiento.
La AMH es una hormona que se analiza en sangre y que refleja la cantidad de óvulos disponibles. Es uno de los marcadores más utilizados para estimar la reserva ovárica. Sus niveles ayudan a prever cómo responderás a la estimulación ovárica en una FIV o ICSI.
La reserva ovárica es fundamental en la fertilidad, natural o asistida. Su medición permite evaluar la respuesta ovárica esperada y optimizar las dosis de estimulantes. Sin embargo, solo refleja la cantidad de ovocitos disponibles, no su calidad, que está relacionada con la edad. Una mujer joven puede tener una reserva baja pero buenas posibilidades de embarazo debido a la calidad de sus ovocitos.
Saber más sobre la medición de la reserva ovárica.En el contexto de la fertilidad y la fecundación in vitro (FIV), el análisis de los niveles hormonales es crucial. Hormonas como la FSH, el estradiol (E2), la LH y la progesterona juegan roles esenciales en la evaluación y el tratamiento de la fertilidad. Comprender estos niveles permite ajustar los tratamientos y optimizar las posibilidades de éxito.
Descubre más sobre la importancia de estas hormonas y cómo se interpretan sus valores en nuestra tabla de los niveles hormonales.
Sí. Si ya has tenido abortos espontáneos, cirugías ginecológicas o tratamientos anteriores, el equipo médico puede solicitar:
Estudios inmunológicos.
Estudios de coagulación.
Análisis genéticos (cariotipo).
Histeroscopia o biopsia endometrial.
Estas pruebas no son siempre necesarias, pero pueden aportar mucha información en casos complejos.
Depende del tipo de prueba, pero en general:
Análisis hormonales y AMH: 24–48 horas.
Ecografía: inmediata.
HSG o HyCoSy: resultados el mismo día o en 2–3 días.
Estudios genéticos o inmunológicos: hasta 2 semanas.
Una vez tienes todos los resultados, se programa una consulta médica para valorar tu caso y proponerte el tratamiento más adecuado.
La mayoría son indoloras o solo ligeramente molestas. Algunas, como la HSG, pueden generar incomodidad momentánea, pero se hacen con cuidado y acompañamiento médico. Recuerda: estás dando un paso valiente hacia tu sueño de ser madre.
Las pruebas de fertilidad femenina son el primer paso para diseñar un tratamiento personalizado, eficaz y seguro. Te ayudarán a entender mejor tu cuerpo y tomar decisiones con información y confianza.