Fecundación

Fecundación: el momento en que florece la vida

La fecundación es ese instante intenso y mágico cuando un espermatozoide se encuentra con el óvulo en el laboratorio, y comienza a formarse un nuevo ser. En reproducción asistida, puede lograrse mediante:

  • FIV clásica, donde el espermatozoide se acerca al óvulo en una “pecera”, y la naturaleza hace el resto.

  • ICSI, en la que un embriólogo introduce un único espermatozoide directamente dentro del óvulo, útil en casos de factor masculino.

  • IMSI, una versión más precisa de la ICSI, que utiliza microscopía de alta resolución (≈6.000×) para seleccionar el espermatozoide con la mejor morfología y menor riesgo de daño genético.

Imagínalo así: en la ICSI se escoge un espermatozoide sano a simple vista. Con IMSI, se observa con muchísima más precisión y se elige aquel que muestra la mejor forma y apariencia interna. Es como pasar de ver algo con una lupa normal a hacerlo con un microscopio muy potente. No se trata de una alternativa “mejor” para todo el mundo, pero sí de una herramienta útil en situaciones concretas donde cada detalle cuenta.

1. FIV clásica: cuando el encuentro se da de forma natural

En la FIV convencional, se colocan entre 50.000 y 100.000 espermatozoides junto a cada óvulo maduro en una placa de cultivo especial (placa de Petri), que contiene un medio que imita al líquido folicular.

Esta placa se introduce en un incubador a 37 ºC, con una atmósfera controlada, que favorece la fecundación espontánea. Es decir, no se fuerza nada: se les da a los espermatozoides el entorno adecuado para que uno logre penetrar el óvulo por sí mismo.

Se utiliza cuando el seminograma es normal o casi normal, y si no hay antecedentes de fallos de fecundación.

Tasa de fecundación: entre 55 % y 58 % en óvulos maduros, según datos de ESHRE (2024).

2. ICSI: una ayuda precisa para facilitar la fecundación

La ICSI (Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides) consiste en seleccionar un solo espermatozoide y microinyectarlo directamente en el citoplasma del óvulo. Aqui te lo explicamos todo paso a paso:

1. Preparamos tus óvulos

Después de la punción ovárica, recogemos los óvulos en un líquido natural que los acompaña. Una vez en el laboratorio, el equipo de embriología los limpia con mucho cuidado para poder observarlos bien y confirmar cuáles están maduros (fase MII), que son los únicos aptos para la fecundación. Este paso se hace a temperatura constante de 37 °C, para no alterar su integridad.

2. Preparamos también la muestra de semen

Si se recoge el mismo día, se deja reposar un poco para que se licúe, y luego se procesa para separar los espermatozoides más móviles y con mejor forma. Si la muestra estaba congelada, se descongela y se trata con el mismo cuidado. En algunos casos, si no hay espermatozoides en el eyaculado, se recurre a una pequeña intervención quirúrgica para obtenerlos directamente del testículo o del epidídimo (esto se llama TESE o PESA).

3. Elegimos el espermatozoide

El embriólogo observa la muestra al microscopio y selecciona un único espermatozoide que se ve sano, activo y con buena forma. Se inmoviliza ligeramente tocando su cola con una microaguja (esto no lo daña), lo que también ayuda a activar ciertas señales naturales para facilitar la fecundación.

4. Llega el momento clave: la microinyección

Este paso requiere muchísima precisión. Con ayuda de un microscopio y de herramientas micrométricas, el embriólogo introduce el espermatozoide directamente dentro del citoplasma del óvulo, atravesando con suavidad la membrana. Este gesto tan técnico, que apenas dura unos segundos, es fruto de años de formación y experiencia.

Después, el óvulo ya fecundado se deja en un incubador a 37 °C, con una atmósfera controlada (generalmente 6 % CO₂, 5 % O₂), que imita el entorno del útero.

5. ¿Cómo sabemos si ha funcionado?

Unas 16 a 18 horas después, se revisan los óvulos bajo el microscopio. Si la fecundación ha ocurrido, se observan dos pronúcleos: uno materno y uno paterno. Esa es la señal de que la unión celular ha empezado y de que todo va por buen camino.

La FIV ICSI se recomienda cuando:

  • Hay un factor masculino grave (oligozoospermia, astenozoospermia, teratozoospermia).

  • Se usan óvulos congelados.

  • Hay baja reserva ovárica y no conviene arriesgar la fecundación espontánea.

  • Hubo fallos previos de fecundación con FIV clásica.

 

Tasa de fecundación: entre 66 % y 70 %, en función de la calidad ovocitaria (ESHRE 2024).

3. IMSI: máxima precisión en la selección espermática

La técnica IMSI es muy parecida a la ICSI, pero con una diferencia importante: permite observar los espermatozoides con muchísimo más detalle. Es decir, en lugar de mirar a 400 aumentos (como en ICSI), aquí usamos microscopios que amplían hasta 6.000 veces. Y esto nos permite detectar alteraciones muy sutiles en la cabeza del espermatozoide que podrían pasar desapercibidas con una lupa menos potente.

¿Por qué puede ser útil?

Porque en algunos casos muy concretos, elegir un espermatozoide sin microdefectos puede marcar la diferencia. Hablamos de situaciones como:

  • Varios intentos de ICSI sin fecundación.

  • Abortos de repetición sin explicación.

  • Fragmentación alta del ADN espermático (>30 %).

  • Morfología espermática gravemente alterada.

¿Qué cambia con IMSI?

El procedimiento en sí no cambia, pero la fase de selección del espermatozoide dura más y se hace con mucha más precisión. Se analizan parámetros como la simetría, la textura del núcleo, la presencia de vacuolas (que podrían estar relacionadas con alteraciones en el ADN), etc.

El objetivo sigue siendo el mismo: escoger el mejor espermatozoide posible, con el máximo respeto por tus óvulos y con la intención de darles la mejor oportunidad.

 

Tasa de fecundación estimada: entre 65 % y 72 % en pacientes seleccionados, con mejores resultados embrionarios en estudios de 2025.

El cultivo embrionario: del cigoto al blastocisto

Aproximadamente solo el 60 % de los ovocitos son fecundados. Este porcentaje define lo que se conoce como la tasa de fecundación.

Tras la fecundación, los embriones se cultivan en el laboratorio durante 3 a 6 días. El desarrollo suele seguir esta progresión:

  • Día 1: formación del cigoto (presencia de dos pronúcleos).

  • Día 2: 2–4 células.

  • Día 3: 6–8 células.

  • Día 4: mórula.

  • Día 5-6: blastocisto (con cavidad, masa celular interna y trofoectodermo definidos).

Durante este proceso, los embriones se mantienen en incubadores de última generación, como EmbryoScope+, que permiten un cultivo en time-lapse sin necesidad de manipulación externa. Esto permite hacer seguimiento continuo y seleccionar los embriones que evolucionan con mejor ritmo y simetría.

Los medios de cultivo están enriquecidos con aminoácidos, piruvato y lactato, y adaptados al metabolismo del embrión en cada fase. Algunos laboratorios ya están usando medios secuenciales automatizados para adaptar el entorno a cada día de desarrollo.

Avances técnicos más recientes

  • Fertilo (Gameto): un medio de cultivo más fisiológico con resultados prometedores en la maduración de ovocitos y su fecundación (44 % frente a 20 % con IVM estándar).

  • EmbryoRank y TabTransformer: sistemas de IA que analizan más de 100 parámetros por embrión y predicen su capacidad de implantación con una precisión superior al 95 %.

  • AOA (Activación Artificial del Ovocito): con soluciones de ionóforo de calcio que activan el óvulo tras la ICSI en casos de fallo repetido.

  • Cultivo hasta día 6: cada vez más extendido para dar tiempo a embriones lentos a alcanzar el blastocisto.

Sabemos que, al leer términos como “ICSI” o “incubador time-lapse”, puedes sentir que todo se vuelve demasiado médico, incluso distante. Pero detrás de cada dato, cada técnica y cada paso, hay una intención clara: acompañarte en el deseo de ser madre.

No se trata solo de laboratorio, células y estadísticas. Se trata de ti, de tu historia, y de cómo podemos ayudarte a entender lo que está ocurriendo en cada etapa para que tomes decisiones con tranquilidad y confianza.

Mantente en contacto

Mantente en contacto