La FIV ICSI

ICSI: el método eficaz para fecundar el óvulo con un solo espermatozoide

¿Te han recomendado una FIV con ICSI? Tranquila, estás en buenas manos. Aquí te explicamos de forma clara y cercana qué es, cuándo se utiliza y cómo se desarrolla paso a paso.

La FIV conocida con el acrónimo ICSI (Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides), es la innovación que realmente ha revolucionado la práctica de la FIV (Fertilización In Vitro).

La ICSI (Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides) es una técnica de laboratorio utilizada en los tratamientos de reproducción asistida para fecundar el óvulo. A diferencia de la FIV clásica, donde varios espermatozoides se colocan cerca del óvulo para que uno lo fecunde de forma natural, en la ICSI se inyecta directamente un solo espermatozoide en el interior del óvulo, aumentando las probabilidades de éxito en ciertos casos.

Esta técnica es una herramienta infalible y poderosa en situaciones específicas de infertilidad masculina o cuando los intentos previos no han tenido éxito.

¿Cuándo se recomienda la ICSI?

La ICSI es indispensable en los siguientes casos:

  • Alteraciones severas del esperma: baja concentración, poca movilidad o morfología anormal.

  • Fallos previos en la fecundación mediante FIV convencional.

  • Uso de esperma congelado o biopsiado (testicular o epididimario).

  • Donación de óvulos o de esperma en algunos casos.

  • Presencia de anticuerpos antiespermatozoides.

  • FIV con óvulos previamente vitrificados (por ejemplo, por preservación de la fertilidad).

En resumen, se trata de una opción esencial y eficaz para parejas con obstáculos importantes a nivel reproductivo.

¿Cómo se realiza una FIV con ICSI?

El proceso es muy parecido al de una fecundación in vitro tradicional, pero con una diferencia clave en el laboratorio. Estas son las fases:

  1. Estimulación ovárica
    Durante unos 10 a 12 días, la paciente recibe medicación hormonal para que sus ovarios produzcan varios óvulos.

  2. Punción folicular
    Es una intervención sencilla bajo sedación. Se extraen los óvulos del interior de los ovarios mediante una aguja guiada por ecografía.

  3. Recogida del semen
    El esperma puede provenir de una muestra en fresco, de un banco o de una biopsia testicular. El equipo selecciona el mejor espermatozoide.

  4. Fecundación con ICSI
    El embriólogo inyecta un único espermatozoide dentro de cada óvulo maduro usando una microaguja. Es un proceso extremadamente delicado y preciso.

  5. Cultivo embrionario
    Los embriones se desarrollan en el laboratorio bajo control constante durante 3 a 6 días, hasta alcanzar el estadio de blastocisto.

  6. Transferencia embrionaria
    Uno (o en casos excepcionales, dos) de los mejores embriones se coloca en el útero de la paciente con una cánula fina y sin dolor.

  7. Prueba de embarazo
    Entre 10 y 12 días después de la transferencia, se realiza una prueba en sangre (beta hCG) para saber si el tratamiento ha dado resultado.

¿La ICSI afecta al futuro bebé?

Numerosos estudios y registros médicos internacionales, como los de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) y la ESHRE, han demostrado que los bebés nacidos mediante ICSI gozan de la misma salud que los nacidos por FIV clásica o embarazo natural.

No obstante, como en cualquier técnica médica avanzada, es importante recibir una información completa y un acompañamiento personalizado por parte del equipo clínico.

¿Cuáles son las tasas de éxito de la ICSI?

Las tasas de éxito varían según la edad de la paciente y la calidad de los óvulos y espermatozoides. En general:

  • Mujeres menores de 35 años: tasas de embarazo entre el 55 % y el 65 % por transferencia.

  • Entre 35 y 39 años: alrededor del 45-55 %.

  • Mayores de 40 años: entorno al 30-40 %, aunque puede mejorar con óvulos de donante.

La ICSI no mejora la calidad de los embriones, pero sí garantiza que se produzca la fecundación, especialmente cuando el factor masculino es el problema principal. Es una herramienta poderosa y transformadora para lograr el embarazo cuando otras vías han fallado.

¿Y el vínculo con el bebé? Tranquila: es 100 % tuyo

Una duda habitual es si, al usar una técnica tan sofisticada, se “pierde algo de naturalidad”. Pero la verdad es que nada reemplaza el vínculo entre tú y tu bebé. Desde la transferencia, tu cuerpo es quien lo nutre, lo protege y lo hace crecer. La ciencia solo da una mano en el camino.

La ICSI es una técnica brillante, segura y eficaz que permite lograr la fecundación en casos complicados. Si te la han recomendado, puedes confiar en que es una opción cuidadosamente elegida por el equipo médico para maximizar tus posibilidades de embarazo.

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