La monitorización de la ovulación se realiza al mismo tiempo que la estimulación ovárica. Este seguimiento permite ajustar de manera precisa la dosis y la duración del tratamiento para cada mujer (cada 24 o 48 horas).
En los ovarios, los ovocitos están contenidos en pequeñas bolsas líquidas llamadas folículos, que tienen dos características: por un lado, secretan hormonas (principalmente estradiol), que son detectables en la sangre en niveles crecientes hasta la ovulación, y por otro lado, estos folículos crecen de manera regular y son visibles mediante ecografía.
El seguimiento generalmente comienza con la menstruación, antes de comenzar la estimulación ovárica. El segundo examen se realiza después de la quinta inyección de hormonas, y el tercer examen generalmente tres días después.
Nunca hay menos de tres exámenes, rara vez más de cinco exámenes, pero esto dependerá de la respuesta ovárica al tratamiento de estimulación.
La monitorización hormonal y ecográfica es crucial para prevenir el riesgo de hiperestimulación.
Este seguimiento se realiza mediante ecografías para contar y medir los folículos, así como para evaluar el grosor del endometrio, analizando posteriormente las hormonas.
LA ECOGRAFÍA
La ecografía es el mejor medio para seguir la respuesta de los ovarios al tratamiento.
Puede realizarse a través de la pared abdominal, y en ese caso, la vejiga debe estar llena. Sin embargo, ahora se realiza más frecuentemente por vía vaginal. Permite contar los folículos en desarrollo en la superficie de cada ovario. Cada folículo contiene un ovocito: tan pronto como alcanza los 17/18 mm de diámetro, es susceptible de ovular.
Medición del endometrio
La ecografía también permite evaluar el grosor del endometrio, el revestimiento interior del útero. El endometrio debe engrosarse para estar listo para recibir al embrión. En el momento de la ovulación, su grosor debe ser al menos de 8 mm.
Si bien es fácil analizar y contar los espermatozoides, el examen directo de los ovocitos es difícil porque están contenidos en pequeñas bolsas, los folículos, dentro del ovario. Por lo tanto, la destreza del ecografista es crucial para un buen conteo de los ovocitos.
El ecografista le mostrará en tiempo real las imágenes de su útero, comenzando por medir el endometrio y verificando que el útero esté correctamente vascularizado.
Medición de los folículos
Luego, se centra en cada ovario y realiza un primer conteo general. En la pantalla, esto aparece como manchas negras de forma redondeada. Hay varios folículos visibles en diferentes «estratos» sucesivos. El ecografista pasa de un estrato a otro y mide uno a uno los folículos. La medición del tamaño se realiza utilizando un cursor en forma de cruz que coloca en el lado izquierdo del folículo, hace clic para marcar el punto, luego extiende el cursor y vuelve a hacer clic en el otro extremo para marcar de nuevo. La distancia registrada permite obtener el ancho en mm. Luego, se mide la longitud, y por deducción, el diámetro. Anota los resultados en su pantalla y pasa al siguiente folículo, repitiendo el proceso.
No todos los folículos son del mismo tamaño; algunos son demasiado pequeños, otros demasiado grandes.
Lo ideal es que una cantidad suficiente de ellos tenga un tamaño adecuado, homogéneo y que evolucionen juntos.
Este conteo suele ser muy estresante, ya que a menudo determina si el tratamiento va como se espera o, por el contrario, si debe ser detenido debido a una respuesta insuficiente de los ovarios.
Es común que un ovario responda y el otro no.
Muchos médicos complementan los resultados de la ecografía con análisis hormonales en sangre.
Después de realizarse la extracción de sangre, los resultados se envían inmediatamente a su médico, y a usted se le envían por correo electrónico o por correo postal.
Los resultados que se indican son los siguientes:
Estradiol plasmático
Durante el tratamiento de FIV, permite monitorear la respuesta ovárica a la estimulación. El estradiol secretado por los folículos refleja su crecimiento y madurez.
Es la medición más importante y su nivel es comparado por el médico con el conteo de folículos.
Su valor debe evolucionar regularmente a partir del sexto o séptimo día.
El desencadenamiento de la ovulación se realiza cuando se alcanza un nivel de 150 picogramos/ml por folículo maduro.
Cuando el nivel es claramente demasiado bajo, la estimulación puede ser detenida.
Cuando el nivel es demasiado alto (3000 a 4500 picogramos/ml), se puede abandonar el intento, ya que el riesgo de hiperestimulación es demasiado elevado.
LH plasmática
Permite monitorear que la ovulación no se desencadene prematuramente. La aparición de un pico de LH precede la ovulación en 24 horas.
Progesterona plasmática
Siempre se realiza durante la segunda mitad del ciclo. La medición de la progesterona informa sobre el funcionamiento del cuerpo lúteo. Esta pequeña estructura del ovario tiene un papel fundamental en el mantenimiento del embarazo.
El nivel de progesterona normalmente sólo se eleva durante la segunda fase del ciclo.
Los análisis se realizan temprano por la mañana, ya que es imprescindible que los laboratorios envíen los resultados antes de la ecografía para adaptar el tratamiento.
Esto suele ser un inconveniente, ya que desorganiza la vida profesional.
Para interpretar los resultados que aparecen en el informe del laboratorio, puede consultar las referencias y sus indicaciones en la página de los cuadros de dosificación hormonal.
Cuando la vigilancia de los ovarios indica que los ovocitos estarán listos, se procede al desencadenamiento de la ovulación.
UNA VIGILANCIA QUE A VECES CONDUCE A LA INTERRUPCIÓN DEL TRATAMIENTO
El tratamiento se detiene en el 10 a 15 % de los casos: