Recogida y preparación del semen

Recogida y preparación del semen: lo que necesitas saber

Después de realizar el balance de fertilidad, se debe recoger y preparar los espermatozoides, ya sea a una FIV clásica o a una FIV ICSI. Para ambas técnicas, los espermatozoides deben estar disponibles el día de la punción.

Existen varias opciones posibles para la recolección que veremos a continuación.

¿Cómo hay que prepararse?

Antes de la recogida, normalmente se pide mantener entre 2 y 5 días de abstinencia sexual. Esto suele ofrecer una muestra de buena calidad sin comprometer la movilidad. En algunos casos concretos —por ejemplo, tras haber pasado por COVID-19— los especialistas pueden recomendar esperar al menos 60 a 90 días antes de obtener la muestra, ya que estudios recientes han demostrado que la calidad del semen puede verse alterada de forma temporal después de ciertas infecciones virales.

¿Cómo se obtiene la muestra?

La forma más habitual es mediante masturbación en una sala privada dentro de la clínica, aunque también existe la opción de entregar una muestra recogida en casa, siempre que pueda ser transportada en menos de 30 minutos y mantenida a temperatura corporal.

Pero hay otras formas posibles de obtener el semen, y es importante conocerlas:

  • Algunas personas deciden congelar una muestra previamente, ya sea por motivos personales, médicos o simplemente para evitar presión el día del tratamiento. Hoy en día, la calidad del semen congelado puede ser muy buena, y varios estudios han confirmado que no hay diferencias significativas en tasas de embarazo o nacimientos entre semen fresco y semen descongelado.

  • En casos donde no es posible eyacular de forma natural, o si hay una ausencia total de espermatozoides en el semen (azoospermia), existen técnicas quirúrgicas como la TESA, TESE o micro‑TESE, que permiten recuperar espermatozoides directamente del testículo o del epidídimo. Son procedimientos seguros, realizados bajo anestesia local o sedación, y forman parte habitual del tratamiento en muchas clínicas.

¿Qué pasa después, en el laboratorio?

Una vez entregada la muestra, se analiza y se prepara cuidadosamente. Este paso se llama capacitación espermática, y tiene como objetivo seleccionar los espermatozoides con mejor movilidad y menor fragmentación del ADN. Dependiendo de la calidad inicial de la muestra, se pueden aplicar técnicas como:

  • Swim-up, donde se aprovechan los espermatozoides que son capaces de nadar mejor.

  • Densidad por gradiente, que permite aislar los de mejor morfología.

  • Y en algunos casos, tecnologías más avanzadas como las cápsulas Zymot-ICSI®, que ayudan a seleccionar espermatozoides más maduros y con menor daño genético.

También se están desarrollando nuevas técnicas como HyperSperm, que busca imitar el proceso de selección natural que ocurre en el cuerpo de la mujer, aunque todavía no está ampliamente disponible.

¿Y si no se obtiene una buena muestra?

Hay alternativas. Por ejemplo, un estudio reciente mostró que una segunda eyaculación tras pocas horas puede dar como resultado una muestra de mejor calidad, con mayor concentración de espermatozoides móviles y mejor potencial de fecundación. Es una opción sencilla, sin necesidad de procedimientos médicos, que muchas clínicas tienen en cuenta cuando la primera muestra no es suficiente.

Este paso suele recaer en la pareja masculina, pero afecta a ambos emocionalmente. A veces se subestima el impacto que puede tener este momento: la presión del “día D”, el estrés de rendir en un entorno poco habitual o el miedo a no conseguirlo. Todo eso es real, y está bien hablarlo.

La buena noticia es que hay alternativas. Si algo no va como estaba previsto, las clínicas están preparadas para ofrecer soluciones: se puede reprogramar la punción ovárica, recurrir a semen congelado o incluso a técnicas quirúrgicas. Nada está perdido.

Lo importante es que tengas toda la información para tomar decisiones con calma y con confianza.

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