Sabemos que cada intento de FIV está cargado de ilusión, dudas y muchas preguntas. Por eso, queremos explicarte con transparencia cómo se elige el embrión que tiene más posibilidades de implantarse y convertirse en ese bebé que tanto deseas. No se trata solo de un proceso técnico: es una decisión profundamente humana, tomada con rigor, respeto y mucho cuidado.
Cuando se fecunda un óvulo (ya sea mediante FIV clásica, ICSI o IMSI), empieza a formarse un embrión. A partir de ese momento, lo cultivamos en condiciones controladas durante varios días para observar su desarrollo.
En nuestro laboratorio, utilizamos incubadores de última generación con tecnología timelapse, que permiten seguir la evolución de cada embrión sin necesidad de sacarlo del entorno. Esto garantiza:
Una estabilidad absoluta de temperatura (37 °C) y niveles óptimos de gases (5 % O₂, 6 % CO₂).
Un ambiente libre de estrés y manipulaciones externas.
Imágenes continuas para analizar con precisión cada etapa del desarrollo embrionario.
Día | Estadio embrionario | Qué observamos |
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Día 1 | Cigoto | Núcleos visibles: indica fecundación correcta. |
Día 2 | 2–4 células | División celular simétrica, sin fragmentación. |
Día 3 | 6–8 células | Evaluamos ritmo de división, integridad celular. |
Día 4 | Mórula | Las células empiezan a compactarse. |
Día 5–6 | Blastocisto | Células diferenciadas (TE y MCI), cavidad embrionaria expandida. |
Solo los embriones que alcanzan el estadio de blastocisto de buena calidad tienen más posibilidades de implantación. Pero no siempre llegar a blastocisto es lo mejor: cada caso se evalúa individualmente.
Fotos reales de desarrollo embrionario:
El equipo embriólogo valora varios criterios:
Morfología: aspecto visual de las células y su evolución.
Kinetics (timelapse): cómo y cuándo se producen las divisiones celulares.
Expansión del blastocisto: tamaño y estructura.
Calidad de la masa celular interna (MCI) y del trofoectodermo (TE).
Combinamos esta información con tu historial médico para seleccionar el embrión más prometedor para ti. No se trata de encontrar el “mejor embrión en general”, sino el que mejor se adapta a tu cuerpo y tu tratamiento.
Gracias a esta innovadora tecnología, podemos observar el desarrollo completo sin abrir el incubador. Esto mejora la tasa de éxito hasta un +20 % en pacientes con varios intentos previos (datos 2024).
Se realiza una pequeña abertura en la membrana del embrión para facilitar su salida y favorecer la implantación. Indicada especialmente en mujeres de más de 38 años o en embriones vitrificados.
Si hay indicación médica (edad, abortos previos, anomalías cromosómicas…), se puede realizar una biopsia embrionaria para detectar alteraciones genéticas antes de la transferencia.
Te acompañaremos en la decisión. En la mayoría de casos, recomendamos transferir un solo embrión para reducir el riesgo de embarazo múltiple y aumentar las tasas de implantación por ciclo.
Los embriones no transferidos se pueden vitrificar para intentos futuros. Y tú decides cuándo volver a usarlos, sin presión.
Un meta‑análisis de 5 ensayos clínicos aleatorizados (total 1.637 pacientes) encontró que el uso de incubación con time‑lapse (como EmbryoScope) se asocia con:
Embarazo en curso: hasta ~51 % con time‑lapse vs ~40 % convencional.
Nacimientos vivos: hasta 44 – 45 % vs 31 – 32 %.
Supervivencia tras vitrificación: > 90 %.
Doble vitrificación: posible reducción del 30–40 % en supervivencia e implantación.
Tasas de implantación TLA: ~59–60 %.
Elegir el embrión con más potencial no es solo una cuestión técnica: es un paso profundamente humano, que puede marcar la diferencia entre un intento más y el inicio de una nueva vida.
Gracias a herramientas como la incubación con tecnología timelapse, la clasificación embrionaria personalizada y técnicas complementarias como el hatching asistido o el PGT-A, hoy podemos tomar decisiones más precisas.