El trasplante de embriones constituye una de las etapas más importantes del proceso de fertilización in vitro. Antes de su desarrollo, era necesario desechar los embriones cuando su número era demasiado elevado, pero también era necesario comenzar de nuevo en caso de fracaso.
El trasplante de embriones es un proceso único que ha revolucionado el mundo médico. Su objetivo es ayudar a las parejas que lo necesitan a concebir hijos, influyendo en el inicio de un embarazo.
El trasplante de embriones obtenidos a partir de una fertilización in vitro puede realizarse para iniciar un embarazo o para corregir el fracaso del trasplante de un embrión fresco. Todos los embriones que pueden ser congelados lo son. Posteriormente, el trasplante se realiza a partir de un embrión descongelado, lo que evita tener que comenzar un nuevo tratamiento.
Por otro lado, este proceso único puede llevarse a cabo cuando la madre tiene un útero mal formado o hipoplásico. En este caso, solo se podrá transferir un embrión. Las hiperestimulación ovárica sin la intención de realizar un trasplante de un embrión fresco pueden llevar a la congelación de embriones. Finalmente, los donativos de embriones también son objeto de congelación antes de su transferencia.
Antes de la implantación, siempre se realiza una evaluación del endometrio. El clínico podrá determinar qué método aplicar en función de los resultados obtenidos.
El ciclo espontáneo: cuando la paciente presenta ciclos naturales de calidad satisfactoria, es posible seguir la evolución del ciclo sin tratamiento particular. De este modo, se puede controlar la evolución y la calidad del folículo obtenido de manera natural.
El ciclo estimulado: en algunas condiciones, será necesaria una estimulación ovárica ligera con la programación de la inducción de la ovulación. El aspecto del útero será monitoreado.
El ciclo sustituido o artificial: este método permite crear un ciclo artificial compuesto por dos fases. Para ello, se asociarán estradiol y progesterona a los tratamientos complementarios. El trasplante se realizará en función de la edad de los embriones (de 3 a 5 días) después de la inducción de la ovulación en la paciente.
El momento y la calidad del trasplante son elementos determinantes en el proceso de trasplante de embriones.
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El proceso de congelación y descongelación no es adecuado para todos los embriones: muchos no son aptos para este procedimiento y algunos no lo sobreviven.
LA CONGELACIÓN
No todos los embriones pueden ser congelados: algunos son demasiado frágiles. Así, solo aquellos que presenten un aspecto satisfactorio para este proceso podrán ser conservados. Es posible obtener diez embriones, reimplantar uno o dos y congelar los demás. En primer lugar, se implantan los embriones de mejor calidad. Finalmente, la pareja puede no desear que los embriones sean congelados. Esta decisión se tomará junto con el médico que ha acompañado a la pareja desde el inicio del tratamiento.
LA DESCONGELACIÓN
Para utilizar embriones congelados, es esencial proceder a la desvitriificación del embrión. Así, se retiran del nitrógeno líquido y se colocan en varios medios de cultivo. Estos medios están concentrados de manera diferente en crioprotectores. Es a través de este procedimiento que se lleva a cabo la rehidratación celular. De esta forma, las sustancias crioprotectores pueden ser reemplazadas por agua. Es imperativo que se respete el tiempo de desvitriificación. Si no es así, las estructuras celulares del embrión se dañarán de forma irreversible y este no podrá sobrevivir.
Finalmente, la desvitriificación embrionaria se realiza el día del trasplante, con pocas horas de diferencia. El éxito (o fracaso) de la descongelación solo se anunciará en ese momento. En el 30 % de los casos, ninguno de los embriones ha resistido el proceso de descongelación: en este caso, la implantación se cancela. El proceso de vitrificación reduce esta tasa a solo un 10 %.
El trasplante de embriones se puede realizar con la descongelación, y solo si esta se ha realizado correctamente. Se trata de un procedimiento muy delicado, y muchos embriones pueden licuarse parcial o totalmente durante el proceso de descongelación. Un embrión que conserve al menos el 50 % de sus blastómeros se considera transferible después de la descongelación.
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El trasplante de embriones congelados tiene varias ventajas. En un ciclo de fertilización in vitro, la pareja tiene un 35 % de posibilidades de iniciar un embarazo con la transferencia de un embrión fresco. Este porcentaje se reduce al 15 % cuando se utiliza un embrión congelado.
EN CASO DE TEC EXITOSA
Cuando un trasplante de embriones resulta exitoso y el embarazo se inicia, los embriones restantes podrán ser transferidos más adelante. Para ello, es necesario llegar a un acuerdo con la seguridad social.
Los embriones podrán ser conservados durante cinco años. Cada año, el laboratorio que los conserva enviará un formulario a la pareja para conocer su decisión respecto al destino de los embriones. Por lo tanto, podrán elegir entre varias opciones:
EN CONCLUSIÓN
La transferencia de embriones congelados tiene varias ventajas y será adecuada para algunas parejas. La predisposición del endometrio y, más globalmente, del útero de la paciente, determinará el método que el clínico empleará para intentar iniciar el embarazo. Aparte del proceso de desvitriificación relacionado con la descongelación del embrión, la implantación sigue siendo la misma que con un embrión fresco.