Después de todo el proceso de estimulación, punción y cultivo embrionario, llega uno de los momentos más importantes (y emocionantes) de todo el tratamiento: la transferencia del embrión al útero.
Sabemos que este paso genera ilusión… pero también muchas dudas. Por eso, queremos contarte con claridad, detalle y mucho cuidado cómo es exactamente este procedimiento, qué puedes esperar y cómo acompañarte de la mejor manera.
La transferencia embrionaria es un procedimiento sencillo, indoloro y rápido, donde se introduce el embrión en el útero para que comience el proceso natural de implantación.
Puede tratarse de un embrión fresco (cultivado tras la punción ovárica) o un embrión vitrificado (congelado previamente y descongelado para esta ocasión).
Tipo de embrión | Cuándo se realiza | Ventajas principales |
---|---|---|
Fresco | 3 a 5 días tras la punción | Ritmo natural, sin vitrificación previa |
Descongelado (TEC) | En un ciclo posterior, endometrio ya preparado | Mayor control hormonal, menos riesgos |
Sabemos que una de las preguntas más frecuentes es:
“¿Qué probabilidad real tengo de quedarme embarazada después de la transferencia?”
Por eso, queremos darte respuestas claras, basadas en datos recientes y fiables.
Según el Registro Nacional de Actividad de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), publicado en 2023 con datos del año 2022:
Transferencia de embrión fresco (óvulos propios):
Tasa de gestación clínica por transferencia: 34,6 %
Transferencia de embrión descongelado (óvulos propios, vitrificados):
Tasa de gestación clínica por transferencia: 41,4 %
Puedes consultar estos datos oficiales directamente en el Registro SEF 2022 (pág. 31 del PDF)
Estos datos confirman algo importante: la transferencia de embriones vitrificados no solo es segura, sino que puede ser incluso más eficaz que la de embriones en fresco, gracias a una mejor preparación endometrial y selección del momento ideal para la implantación.
Antes de la transferencia —ya sea en fresco o con embriones congelados— siempre se realiza una evaluación ecográfica del endometrio. El equipo médico decidirá el tipo de ciclo más adecuado para asegurar que el útero esté receptivo en el momento justo. Existen tres formas principales de preparación:
El momento y la calidad del endometrio son factores decisivos en el éxito de la implantación. Por eso, esta parte del proceso es tan importante como el embrión en sí.
Tanto si la transferencia se realiza en fresco como si es con un embrión vitrificado, el procedimiento es rápido, indoloro y no requiere anestesia.
Preparación del endometrio (como te explicamos más arriba).
Selección del embrión
El equipo embriólogo escoge el embrión con más potencial, según su desarrollo, morfología y (si procede) resultados del PGT-A.
La transferencia
Se realiza en consulta médica. Se introduce un catéter fino a través del cuello del útero, guiado por ecografía, para depositar el embrión en la cavidad uterina.
Dura solo unos minutos. No duele. No requiere sedación.
Reposo breve y vuelta a casa
Puedes descansar unos minutos y luego retomar tu día con calma. No es necesario hacer reposo absoluto, pero sí evitar esfuerzos.
Después de este paso, muchas pacientes nos preguntan: “¿Y ahora qué?” Aquí te dejamos unas recomendaciones:
Volver a casa caminando con normalidad.
Trabajar (si no es físicamente exigente).
Comer y dormir con normalidad.
Seguir tu pauta de progesterona (vía vaginal, oral o inyectada).
Deportes de impacto o esfuerzos excesivos.
Baños de inmersión (bañera, piscina, mar) durante 48 h.
Relaciones sexuales en los primeros días.
Alcohol, tabaco y otras sustancias.
¿Puedo tener relaciones después de la transferencia?
Mejor esperar unos días. El útero está más sensible y conviene evitar contracciones uterinas.
¿Es mejor transferir un solo embrión o dos?
Siempre que sea posible, apostamos por la transferencia única de blastocisto: reduce los riesgos y mantiene una tasa de éxito alta.
¿Cuándo puedo hacerme el test?
Entre 9 y 12 días después de la transferencia, dependiendo del día en que se transfirió el embrión (día 3 o día 5).
Transferencia guiada por ecografía 3D: más precisión, menos molestias.
Protocolos personalizados de preparación endometrial: según microbiota, receptividad (ERA test), e historial hormonal.
Beta-hCG cuantitativa digital: resultados más sensibles, detecta incluso pequeñas implantaciones tempranas.
Soporte emocional integrado: sesiones pre y post‑transfer opcionales, con psicólogos especializados.